La Val d’Aran es un entorno privilegiado en el que practicar la caza, debido a su gran extensión y baja densidad de población. El principal atractivo de la zona es su belleza natural y su variedad de especies. El paisaje de alta montaña como cimas y densos bosques, constituyen un escenario ideal para la fauna silvestre. La caza hoy en día supone una protección para las propias especies animales, ya que controla su población en ausencia de depredadores y enfermedades derivadas de la ganadería rural.